Diez problemas típicos de los programas

sábado, 12 de abril de 2008

Otra cosa no será, pero programas… alguno que otro hemos probado. Sería imposible poner una cifra, pero sí que le vamos a poner número a otra lista, a la de los errores más frustrantes, malvados, retorcidos y, desgraciadamente, también los más repetidos, que cometen los programadores de software y que, antes o después, terminamos ’sufriendo’ todos.

Esperando que nuestros amigos los programadores tomen buena nota de nuestra lista, pero para evitarla, empezamos con el número uno.

1- “Es gratis, pero poco”

Se denomina así a los programas que parecen gratis, huelen a gratis y saben a gratis, pero que luego distan mucho de ser gratis. Por ejemplo, inicias un programa y toneladas de botones y herramientas fabulosas se muestran ante ti, pero en cuanto pulsas sobre alguna de ellas, una ventana se regocija de tu inocencia diciéndote que esa función sólo está disponible en la versión completa (de pago) del mismo. Total, que al final casi no sirve para mucho.

2- “Programas con regalito”

Estos regalitos, también conocidos como spyware/adware, a diferencia de los de verdad, no suelen hacer demasiada ilusión. Podría decirse que el autor del programa cree que por ofrecértelo -normalmente- de forma gratuita, tiene derecho a hacer con tu equipo lo que le venga en gana, desde añadir barras de búsqueda hasta cambiarte la página de inicio o mostrar publicidad periódicamente.

3- “Ya decido yo, gracias

Este grupo presenta similitudes con el anterior, aunque no llega a ser tan malvado. Aquí se engloban aquellos programas que deciden por ti que deben iniciarse con Windows, asociarse como visor por defecto, buscar actualizaciones cuando le vengan en gana, configurarse en el cortafuegos automáticamente, etcétera.

4-”Pruébalo, si puedes”

No todos los programas son gratuitos y no siempre nos sirve con ellos. Por eso a veces queremos probar durante un período limitado de tiempo -o de funciones- un software de pago, para ver si se adapta a lo que buscamos. Sin embargo, existen unos programadores que no parecen querer que probemos sus programas, pues recortan tanto sus funciones en la versión de prueba que es imposible ver nada. En este grupo también entran los cagaprisas: “dícese de aquellos programas de prueba que te hacen probarlo todo a la velocidad del rayo ya que dejan de funcionar a la siguiente ejecución, minuto o día”.

5-”El pequeño Frankenstein”

La apariencia no deja de ser algo secundario, pero siempre es más agradable trabajar con un poco de diseño. No obstante, ahí fuera hay todo tipo de engendros mutantes, software bicéfalo y hortera, que amenazan con destruir nuestro buen gusto. Queridos programadores, si queréis esforzaros en cambiar la interfaz de un programa, intentad que sea para mejorarla.

6-“A ver si lo encuentras”

Este grupo se distingue también por su interfaz, pero no según su apariencia, sino su utilidad. Su peculiaridad radica en que muchas de sus opciones/funciones se encuentran completamente escondidas con alevosía, mala fé y premeditación. Menús dentro de menús, cuadros de opciones dentro de otros, botones poco claros o fuera de sitio y atajos de teclado no documentados son los principales métodos de sembrar el terror. También se incluyen aquí aquellos que cambian completamente las opciones/botones de sitio de una versión a otra.

7-”Donde caben dos caben cuatro”

Si necesitas instalarte un programa para una función concreta… ¿Por qué no instalar en su lugar veinte? Suena estrafalario, pero es un razonamiento similar al que siguen programas que acaban convirtiéndose en completas y pesadas “suites”. Ha ocurrido, y seguirá ocurriendo, desde con antivirus hasta grabadores, pasando por programas de diseño, de ofimática…

8-“¿Hablas chino?”

Las estadísticas nos dicen que probablemente no, pero después de ver que muchos programas se presentan en este idioma, quizá debas replanteártelo. De acuerdo, no pedimos que todo el software se encuentre en español, pero qué menos que en inglés, y qué menos que bien traducido, no metido en el traductor de Google, y listo.

9-”Siga las instrucciones…”

Seamos sinceros, cuando instalamos un programa queremos darle a “Siguiente”, “Siguiente”, “Siguiente” y que nos deje en paz, así que cuando nos topamos con una instalación que hay que leer atentamente una lista de veinte pasos a llevar a cabo, se nos cae el mundo a los pies. Afortunadamente cada vez los instaladores son más sencillos e inocuos, pero aún hoy existen ahí fuera instalaciones que requieren tener titulación de ingeniero aeroespacial, C.I. elevado y dosis eternas de paciencia.

10-”El nombre más largo del mundo

Esto más que un error no pasa de ser una falta (y tres puntos menos en el permiso de conducir). Aquí se encuentran aquellos programas cuyo creador no tenía suficiente imaginación o ingenio para idear un nombre y ha ido aglutinando en su lugar una lista de sus funciones. Por ejemplo, “FREE AVI TO MP4 CONVERSOR FOR IPOD AND ZUNE VISTA 32BIT EDITION MULTILANGUAGE”. Desde luego no es un nombre que vaya a recordar para recomendárselo a mis amigos…
En fin, software y más software. ¡Qué haríamos sin él! Unas veces héroe, otras veces villano, no le culpéis por ser cómo es, sólo hace lo que está diseñado para hacer. Para bien, o para mal.

Artículos relacionados


Clawder por em@il Clawder Feed Twitter

0 comentarios: